, , ,

Creatura

14.3.12


O   M    N    E    S


Acurrucada en una esquina observaba aquel hombre de cabello negro y ojos marrones que le tendía su mano. Una vida desdichada sin conocer el afecto o el amparo de una familia era todo lo que poseía. 


Hasta que apareció él.


Reconstruyó un pasado reflejo de todo aquello anhelado pero jamás alcanzado, recuerdos ficticios que poco a poco ambos terminaron por creerse en un intento de ser algo mas que una entidad alojada en dos  no-nacidos destinados a llevar la esencia y la marca del Todo eternamente.
Durante siglos había estado buscando la otra parte y ahora la tenía delante mio, en forma de una pequeña y asustadiza niña que me miraba con una determinación en sus ojos color miel que creía perdida después de nuestra caída como favorito del Señor.

Se apartó de la pared lentamente cogiendo su mano sin apartar la mirada, una diminuta fuente de luz en medio de la oscuridad - ¿Y entonces, te casarás conmigo?
Abrió los ojos sorprendido ante tan improvista pregunta, quedándose en silencio hasta que esbozó una tenue sonrisa 
 - Por ahora debes crecer pero si luego sigues queriéndolo así, accederé de corazón - susurró ayudándola a ponerse de pie.

Ya en el umbral de la puerta se dio la vuelta guiando sus pasos hacia un cajón de donde sacó un montón de papeles  mostrándome el contenido de cada uno de ellos; soldados, había soldados y jinetes mirara donde mirara. Algunos a pagina completa, otros en las esquinas, coloreados, a tinta., con carboncillo... daba igual al técnica, la temática era la misma repitiéndose una y otra vez.

- Sabía que alguien me sacaría de ese lugar, por eso llevo dibujándolos sin parar desde pequeña. 

Dijo mientras los dejaba caer sonriendo tímidamente.
   
Me abrumó con su presencia, con esa blancura casi insultante de las hojas que revoloteaban a nuestro alrededor. Fue entonces cuando fui consciente de que a partir de ese momento, ella siempre estaría un paso o millones por delante mio.

***
 
Andando por esos largos y suntuosos pasillos de la corte supe que nunca llegaría a ser quien era sino "la protegida de". Con el tiempo aprendí a aprovechar esa ventaja sobre los nobles por debajo mio,  aunque involuntariamente lo extendí a toda la corte. Me miraban de reojo cuando pasaba y apartaban la vista al cruzarse conmigo.

Podía verla rodeada de personas pero esa aura de soledad que la envolvía era omnipresente, consciente de que era respetada únicamente por el estatus que le proporcioné al ponerla bajo mi protección y amparo. Para solventar ese vacío procuraba  pasar el mayor tiempo posible a su lado aunque los rumores no tardaron en aparecer.

Las palabras eran algo mundano para nosotros, igual que los gestos, solo una mirada era necesaria para ver en ese mundo que creamos a nuestro alrededor donde solo respondíamos ante nosotros mismos. Aprendiendo poco a poco  de esos conocimientos que residían silenciosamente aletargados en nuestro interior, la razón por la cual decidimos ser dos vidas terrenales. Movidos siempre por esa enorme fascinación hacia esos seres condenados a sufrir bajo el pesado látigo del tiempo: los humanos.

Con ellos aprendí cosas que desconocía y que, lentamente fui almacenando en nuestra memoria ampliando así el conocimiento adquirido hasta ahora. Me sorprendió su rápida evolución y obstinación ante las dificultades,  decidiendo desvelarles secretos reservados únicamente a los inmortales: avances tecnológicos, médicos, agrícolas... todo cuanto estaba en mi mano. 


 Quisieron transmitir esa sabiduría de generación en generación ··· como el famoso “Emet al Mavet” ··· pero todo intento resultó infructuoso porqué a cada momento que pasaba nosotros aprendíamos algo nuevo siendo prácticamente imposible concentrar todo eso de forma escrita. Incluso para nosotros.

- Han pasado siglos, milenios y sin embargo seguimos vivos... Renaceremos siempre, aunque destruyan esos cuerpos... siendo sus vidas nada más que ínfimas milésimas de segundo que se entrecruzan unos minutos en el gran reloj de la historia. 


You Might Also Like

0 comentarios